Los chicos salieron corriendo de la casa y se metieron rápidamente en la limusina.
-¡Simon piensa que sois geniales!- les grité abalanzándome sobre ellos y les abrazaba.
-¡Y yo!- intervino Stan.
-¡Stan!- le regañé riendo.
-¡Perdón, perdón!- se disculpó.
-¿En serio piensa eso?- preguntó Niall feliz.
-¡Sí! Y la otra estaba emocionada- les conté.
-Me alegro mucho- dijo Zayn-. Si seguimos así llegaremos lejos- dijo mientras chocaba los cinco con cada uno de nuestros amigos.
-Ya te digo- le dio la razón Liam.
La limusina arrancó y se dirigió al estudio, donde nos dejó y nos introducimos en él.
Pasaron tres meses y llegó octubre. Los chicos ya habían actuado varias veces más en el programa, pasando de ronda en todas sus actuaciones y recibiendo elogios de todo el mundo. Pasamos todo el verano en Londres, con el tema del concurso. Yo asistía a todos los ensayos y actuaciones. Estaba orgullosa de mis amigos, pero tuve que volver a Londres un par de días después del cumple de Liam para preparar la vuelta al instituto, mi último año. Volví a Londres para el cumpleaños de Niall, el 13 de septiembre, y luego regresé de nuevo a mi ciudad natal. Zayn se quedó en Londres por el tema del programa, pero no abandonó sus estudios, todos los de la banda, menos Louis, recibían clases particulares para continuar sus estudios. Yo iba los fines de semana a la capital británica para apoyar a mis amigos, y luego volvía para estudiar y hacer deberes.
Se acercaba Halloween. Estaba a la vuelta de la esquina. En el instituto organizaban un baile, y todos los alumnos estaban invitados, y podían llevar un acompañante si querían. Yo caminaba sola por los pasillos, ya que Zayn no estaba conmigo. Esperaba que Marc me invitara al baile, siempre lo deseaba. Llegué hasta mi taquilla y empecé a guardar mis libros. Saqué el teléfono y abrí el WhatsApp. Los chicos habían creado un grupo de One Direction y nos metieron a mí y a Lottie, para mantenernos informadas, porque Lottie hacía prácticamente lo mismo que yo. Había un par de mensajes, de Lottie preguntando cuando actuaban, y Niall contestando. Apagué de nuevo mi móvil en el bolsillo y me dirigí al patio. Allí busqué compañía. Este año siempre lo hacía. Buscaba a cualquiera que me cayera bien y me acoplaba a él, yendo a preguntarle cualquier tontería. Me puse a buscar y vi que Maddie Heart. Me acerqué a ella y le pregunté:
-Hola Maddie, ¿sabes cuando es el examen de Historia?
-Sí, el viernes de la semana que viene- me contestó.
-¿El viernes?- me hice la sorprendida-. Lo llevo fatal- me inventé.
-Bueno, tampoco será para tanto- dijo Maddie quitándole importancia-. Seguro que consigues aprendértelo y hacer un buen examen.
-Uf, sí, ojalá- dije, sin mencionar que ya me sabía el tema entero de arriba abajo.
Seguimos charlando. Yo intentaba que a cada frase sin respuesta coherente de Maddie, sacar yo un tema nuevo que consiguiera ocupar todo el recreo. Duraba media hora, pero a veces a mí me resultaba media eternidad. Por fin sonó el timbre que indicaba el final del recreo y me despedí de Maddie. Fui rápidamente a mi taquilla y cogí mis libros de Matemáticas. Fui hacia mi clase, en medio de una muchedumbre de alumnos. En un lado del pasillo vi a Marc con sus amigos hablando alegremente. Unos metros a un lado estaba Liz hablando con una miga mientras miraba a Marc de reojo. "Vamos a ir juntos al baile", fui capaz de leerle en los labios. "Una mierda", pensé con rabia.
Llegué a mi clase de Matemáticas y me senté en mi pupitre. Comencé a sacar las cosas, y en cuanto terminé llegó el profesor y comenzó la clase.
La mañana al fin terminó y me dispuse a ir a la parada de autobús delante del instituto. Con la mochila colgada de un solo hombro y mi archivador en la mano izquierda, saqué mi teléfono con la otra mano. Abrí el WhatsApp. Había una gran conversación entre mis cinco amigos. "Están juntos y se ponen a hablar por aquí", pensé.
Harry: Liam, no te caigas mientras bailamos.
Liam: Pero yo no me caigo aposta.
Zayn: Tío, Harry, deja al pobre Li.
Liam: Gracias Zayn, y hazme un favor, no me llames Li.
Niall: Me hacéis un favor? Me vais a por comida?
Louis: Vete tú!
Niall: Tío, que pereza.
Harry: Pues no te quejes guapo.
Niall: A veeer, yo no quiero, ve tú, Harry, que ya desafinas mucho ahora mismo.
Au! No me pegues!!
Harry: Te lo mereces.
Zayn: Harry, quítame la pierna de encima!
Harry: No me da la gana.
Louis: Chicos, que llega Simon! A ensayar.
Me partía yo sola mientras leía eso. Terminé de leerlo y guardé el teléfono. Por la puerta del instituto salía Marc con sus amigos y se dirigían a la parada de autobús donde estaba yo. Se sentaron unos cinco asientos (ocupados) más a la derecha. Pasados un par de minutos, salió Liz con la amiga con la que estaba hablando antes. Intercambiaron miradas cómplices y Liz comenzó a caminar hacia nosotros, sin apartar la mirada de Marc. Llegó junto a él.
-Hola Marc- lo saludó.
Éste interrumpió la conversación con sus amigos y miró a Liz de arriba a abajo.
-Hola- saludó.
-¿Que tal?- preguntó Liz.
-Bien, supongo- contestó el de los ojos azules.
-Me alegro- contestó Liz-. Oye, me estaba preguntando si por casualidad tienes pareja para el baile de Halloween.
-Pues no- contestó Marc-, pero tenía pensado pedírselo una chica.
La cara de Liz era monumental. Parecía como si le hubieran dado la peor noticia de la historia. Se quedó mirando a Marc con la boca abierta.
-Oh- fue lo único que consiguió que consiguió decir-. Yo también tengo pareja, pero quiero que sea una sorpresa.
-Me alegro por ti- dijo Marc sonriendo.
Vale, Marc era tonto, no se enteraba que lo que Liz quería era ir con él. En ese momento llegó mi autobús y yo ya me disponía a subirlo. Liz lo vio venir y para disimular dijo:
-Anda, mira, ese es mi autobús- y sacó un par de monedas de su bolsillo y subió al autobús detrás de mí.
Yo me agarré a una barra y fui de pie. Como no había sitio, Liz tuvo que ponerse como yo, a mi lado. Me miró, y se quedó un minuto pensando, hasta que dijo:
-¿Y tu amiguito? El Zayn este.
-En un concurso de talentos en Londres- respondí secamente.
Se quedó parada un momento pensando.
-¿Zayn está en el grupo ese tan famoso One Direction?- preguntó.
-Sí- contesté.
A Liz se le iluminó la cara.
-¿Puedes conseguir que vengan al baile de Halloween y les hablas bien de mí?- preguntó con tono chantajista.
-No- respondí secamente.
-¿Por qué?- preguntó irritada.
-Porque no me da la gana.
Aunque me paré a pensarlo. Si los chicos venían yo no estaría sola, además podrían actuar. Pero por otro lado eso interrumpiría sus ensayos. Decidí preguntarles, a lo mejor les daban vacaciones por Halloween. En cuanto bajé del autobús corrí a mi casa. En la puerta de la casa de Zayn estaba su madre limpiando la entrada con una escoba.
-¡Hola!- la saludé sin dejar de correr.
-¡Hola Marta!- me saludó ella levantando la mirada, y acto seguido volviendo a su ocupación.
Entré a correr a mi casa y saludé a mis padres con un beso a cada uno.
-Hola papi, hola mami.
-Hola Marta- saludó mi madre-. En cinco minutos vamos a comer, así que ve a lavar las manos y baja rápido.
-Vale- respondí. Subí al baño e hice lo que me había mandado mi madre. Me hice una coleta y bajé. Mi madre ya estaba colocando la comida sobra la mesa y colgando su delantal. Nos sentamos. Ese día no estaban mis hermanos, uno se había ido a comer fuera con unos amigos al salir de la Universidad y el otro, el pequeño, se había quedado a comer en el colegio.
Durante la comida, mi madre me preguntó qué tal me había ido en el instituto y si ya tenía pareja para el baile.
-Me fue muy bien- contestaba yo-, y no, no tengo pareja para el baile.
-Puedes invitar a Zayn y a tus otros amigos, así no vas sola- propuso mi madre.
-¡Mamá! Ya había pensado eso, pero tampoco los necesito so quiero tener compañía.
-Ah, bueno, pues al acabar llamas a Zayn y nos cuentas- dijo mi padre guiñando un ojo.
Resoplé. A veces mis padres resultaban muy metomentodos, pero se les quiere. Al acabar recogí mi plato, mi vaso y mi servilleta, y puse cada cosa en su sitio (el plato en el lavavajillas, el vaso igual y la servilleta en la basura). Subí a correr las escaleras y escribí en el grupo de WhatsApp:
Yo: Chicos, vídeo chat.
Esperé un minuto una respuesta, y Louis me escribió:
Louis: Recibido, ve conectándote mientras yo aviso a los chicos.
Dejé mi móvil a un lado y abrí el Skype. Introduje mi e-mail y mi contraseña y esperé a que iniciara sesión. Vi unos cuantos contactos conectados, hasta que al fin vi un punto verde al lado del nombre de Louis. En seguida pulsé sobre su nombre para mandar una petición de vídeo llamada. Louis la aceptó al momento, y en la pantalla vi a mis cinco amigos sonrientes.
-¡Holaaaa!- gritaron.
-Hola- dije yo sonriente.
-¿Para qué reclamas nuestra atención?- preguntó Louis en tono intelectual.
-A ver, reclamo vuestra ayuda- dije entre risas- porque este viernes es el baile de Halloween en nuestro instituto y me preguntaba si podíais venir. Estaría guay.
-¿Nos lo pides porque estaría guay- preguntó Zayn- o porque no tienes con quien ir?
-Por lo primero- contesté un poco nerviosa.
-Oye, pues podemos ir- opinó Niall-, que nos dan vacaciones de Halloween.
-Sí, será divertido- añadió Liam.
-¿Marc Douson no te invitó?- preguntó Zayn divertido.
-¡¿Te callas?!- grité.
-¡Marta, ¿que pasa?!- preguntó mi madre desde la cocina.
-¡Nada!- respondí-. Zayn, te mato- dije esta vez dirigiéndome a Zayn.
-Marta, cuenta con nosotros- me dijo Harry.
-¿En serio?- dije contenta-. ¿Queréis actuar?
-¡Claro!- contestaron todos menos Zayn.
-¿Actuar?- dijo el moreno-. ¿Delante de todos?
-Delante de todos- afirmé.
-Pero...- intentó replicar.
-Pero nada- lo interrumpí-. Hoy hasta me preguntaron por ti.
-¿En serio?
-En serio.
-Pues entonces vale- dijo Zayn-. Cantaremos.
domingo, 30 de junio de 2013
viernes, 28 de junio de 2013
Capítulo 11: Cantando en casa de los jueces
Al día siguiente me levanté cansada. El día anterior había sido el mejor cumpleaños de mi vida. Decidí ponerme ropa que me había comprado ayer. Escogí lo que más me gustaba y fui a quitarle la etiqueta. Me lo puse y fui a la cocina. Me preparé una taza de cereales y me fui a la sala a comérmela. A los dos minutos se levantó Zayn. Se le veía más cansado que a mí.
-Buenos días- le saludé-. ¿Que tal tu madre?
-Muy bien- respondió-. A estas horas debe estar descansando. ¿Y tú con Harry?
Me atraganté con los cereales.
-¿Yo con qué?
-Con Harry- dijo Zayn como si fuera tonta-. ¿Volvisteis bien ayer?
-Sí, sí- respondí, y volví a mi taza de cereales.
-Mañana actuamos para los jueces- me comentó Zayn.
-Ya lo sé. Ya me contó Harry.
-Oooh, Harry- me hizo burla Zayn.
-Cállate- dije lanzándole un cojín-. A mí no me gusta Harry.
-Me lo creeré- dijo Zayn caminando hacia la cocina.
Escuché la máquina de café funcionar, y luego Zayn vino a la sala y se dejó caer a mi lado en el sofá.
-¡Tío! ¡No te tires así en el sofá, que me tiras la comida!- exclamé.
Zayn se llevó la taza a la boca mientras me miraba de reojo, sonriendo.
-¡No me mires así!- dije golpeándole suavemente el brazo.
-Pero si te encanta- dijo Zayn moviendo sus cejas de arriba a abajo.
-¡Que va!- repliqué-. ¡Y para de hacer eso!
-No quiero.
-Pues vas a parar.
-¿O si no qué?
-Te comes el cojín.
-No te atreves- me retó.
-¿Ah, no?- cogí el cojín y me abalancé sobre él. Le cogí la taza y la dejé sobre la mesa, al igual que la mía. Zayn empezó a gritar, y se tumbó en el sofá, protegiéndose con sus brazos, mientras yo le aporreaba con el cojín mientras ambos reíamos.
-¡No me mates! ¡No me mates!- gritaba Zayn.
-¡Te mataré! ¡Te mataré!- respondía yo.
Estuvimos así durante unos diez minutos, hasta que llamaron a nuestra puerta.
-Vete a abrir- me ordenó Zayn-. Tregua.
-Tregua- contesté yo mientras caminaba hacia la puerta.
Abrí y me encontré a Harry, delante de mí con las manos en los bolsillos.
-Hola- me saludó-. ¿Os falta mucho?
-Hola. Si te soy sincera, sí- respondí.
-Vaya, ¿entonces puedo pasar?- preguntó.
-Claro- dije, e hice un gesto para indicarle que podía entrar. Harry entró y lo primero que vio fue a Zayn en bata y zapatillas, tumbado en el sofá, con dos cojines encima de él.
-No pregunto- dijo Harry levantando las manos, y se sentó en un sillón.
-Mejor- dijo Zayn-. Ya me vengaré- dijo esta vez dirigiéndose a mí.
-Sh- le mandé callar mientras le tiraba un cojín a la cara.
-Veo que te has puesto la ropa que compraste ayer- comentó Harry.
-Sí, bueno, es que me gusta mucho.
Zayn tosió, y mientras lo hacía se le escuchó decir: "No es lo único". Si las miradas matasen, Zayn ya estaría muerto.
-Bueno- dijo Zayn-. Me acabo el café- pegó un sorbo a su taza, terminándose así todo el líquido que había en su interior- y me visto- se levantó y se dirigió a su habitación.
-Tienes un minuto- le informé.
-¿Uno? ¿No pueden ser dos?- pidió Zayn.
-UNO, DOS, TRES- comencé a contar gritando.
-Vale, vale- Zayn corrió a su habitación.
-Como lo controlas- comentó Harry.
-Ya ves- respondí mientras cogía mi taza de cereales y me metía una cucharada en la boca.
-Está rico, ¿eh?- se burló Harry al ver mi forma de comer.
-Sí, mucho- contesté riendo-. No te burles.
-No me burlo- replicó Harry.
-Sí lo haces.
-No lo hago.
-Sí.
-Noo.
-Que síiii.
-Que noooo.
-¡¡Ya estoy!!- gritó Zayn dando un brinco.
-Felicidades.
-Guau, tío, te mereces un premio.
-JA, JA, muy graciosos vosotros.
-Gracias- dije sonriendo.
-Venga, nos vamos- dijo Harry.
-Esperad a que coja mi portátil- pedí-. Tengo que hacer una cosa.
Fui a por mi portátil y lo guardé en mi bolso. Nos marchamos puntuales y cogimos un autobús para ir al estudio. Me encantan esos autobuses, no me canso de decirlo. Durante el camino, Zayn fue contándole a Harry cómo habíamos celebrado mi cumpleaños el año pasado.
-... Ella quería que el chico que estaba en la butaca de delante se fijara en ella- contaba, y yo le mandaba callar constantemente-, así que al salir hizo que se caía tirando todas sus cosas. Y vaya si el chico se fijó en ella, se empezó a partir de risa, aunque la ayudó a levantarse y se conocieron, fue lo único bueno para Marta.
-A ver: UNO: No me gustaba ese chico, te lo acabas de inventar- replicaba yo- y DOS: esa caída fue un accidente, me tropecé con las escaleras del cine.
Todo el viaje en autobús fue más o menos así, y al fin llegamos al estudio. Entramos y resultó que éramos los primeros. Por primera vez en la vida. Tomamos asiento y seguimos hablando, esta vez del cumpleaños de Zayn de ese año.
-... Y entonces Zayn se enamoró de la camarera y no paraba de pedir cosas- contaba yo-, y a la sexta o así le pidió su número, a ver si colaba. Ella lo que hizo fue darle una torta, y al final, como invitaba yo, yo pagué lo que debía pagar, y le hice pagar a Zayn todas las tonterías que había pedido.
Harry rió, y Zayn se puso rojo como un tomate. En ese momento llegó Niall mientras se comía un trozo de lo que parecía ser una pizza rara.
-Que hay- saludó-. No me miréis, no me gusta que me miren mientras como.
-Vale- dijimos nosotros, y evitamos mirar a Niall, aunque era difícil, porque resultaba cómico comiendo.
-Una cosa, ¿vosotros sabéis donde está la casa de Simon?- preguntó Niall con la boca llena.
-No- respondió Zayn-, pero supongo que nos dará la dirección.
-Vale- dijo Niall mientras pegaba otro mordisco a su comida.
-Buenos días chicos- saludó Liam que en ese momento acababa de llegar.
-Buenos días- saludamos nosotros.
-¿De qué hablabais?- preguntó Liam.
-De nada- contestó Niall con la boca llena-. De de donde vive Simon, ¿tú lo sabes?
-No.
-Ah.
Se escuchó un portazo y todos nos giramos de repente. Vimos a Louis junto a la puerta.
-¡Me cago en todo! ¡¿No te podías cerrar normal, maldita puerta?!- gritaba.
Se giró y nos vio a todos mirándole perplejos.
-Ah, hola chicos- saludó, y vino corriendo hacia donde estábamos nosotros.
-Hola Louis- saludamos.
-¿Que hiciste?- pregunté yo riéndome y señalando la puerta.
-¿Yo? Nada- contestó-. La puerta se cerró sola de un portazo. No sería exagerar decir que se escuchó en todo Londres.
-Tampoco será para tanto- opinó Niall con la boca llena, mirando al vacío y manteniendo su gesto serio.
-Sí es- le dijo a Niall, y luego, dirigiéndose a nosotros:- ¿Y a este que le pasa?
-Déjalo, está comiendo- respondió Harry riendo.
-Pues vaya forma más rara de comer- comentó Louis.
-Ya- le dio la razón Zayn.
Seguimos charlando alegremente, y los cinco minutos llegó Simon.
-¡Muy buenos días chicos! ¡Mañana es el gran día!
Nosotros lo saludamos, y los chicos empezaron a ensayar. Cada vez lo hacían mejor, y yo, en vez de estar a lo mío, los miraba todo el rato con la boca abierta. ¡Eran increíbles! Me encantaban. Ya me declaraba oficialmente fan de One Direction. Pasaron toda la mañana ensayando, y luego por la tarde, vuelta a ensayar. Ya lo tenían perfecto para el día siguiente. Abandonamos el estudio y cada uno se fue directamente a su hotel, ya que al día siguiente habría que estar descansados.
Llegó el 27 de julio, y todos nos levantamos a la hora de siempre, pero esta vez más emocionados. Yo me volví a poner algo que los chicos me habían comprado el día de mi cumpleaños. Me lo puse y corrí a la cocina a prepararme el desayuno y luego tomármelo en la sala. Para mi sorpresa, Zayn ya estaba vestido tomando tranquilamente su desayuno.
-Hombre, mira quien ha madrugado hoy- bromeé.
-Ya ves, así puedo desayunar más tranquilo. Estoy nervioso.
-No me extraña, pero yo estaré con vosotros- le animé-. Bueno, fuera de la casa, pero con vosotros en el alma.
Los dos reímos y nos terminamos el desayuno.
-¿Ayer os dijo Simon que tenéis que hacer hoy?- pregunté.
-Sí- respondió Zayn-. Tenemos que ir al estudio, y él nos mandará un coche al mediodía que nos lleve a su casa.
-Vale, os acompaño al estudio y luego a ver como hago.
Salimos de la habitación y nos encontramos a Harry saliendo de su habitación.
-¡Hola!- nos saludó.
-Holaaa- saludó Zayn.
-Hola- saludé yo con una sonrisa.
Los tres bajamos al vestíbulo y abandonamos el edificio. Allí cogimos un taxi que nos llevara al estudio, porque Zayn se quejaba de que siempre íbamos como yo quería. Llegamos al estudio en quince minutos, y allí ya estaban todos nuestros amigos.
-¡Hola!- saludamos.
-¡Hola!- nos devolvieron el saludo.
-Puf, que nervios- comentó Louis.
-Ya, pero lo hemos preparado bien- opinó Liam-. Lo haremos bien.
-¡Lo haréis genial!- exclamé yo-. ¡Sois geniales!
-Tampoco exageres- dijo Harry modestamente.
-¡No exagero! ¡Y lo sabéis!- seguía yo defendiendo mi opinión.
-Bueno, estoy de acuerdo con Harry. No será para tanto- opinó Niall.
-¿Me vacilas?- le contesté.
-No- respondió Niall tranquilamente.
Seguimos con aquella mini-discusión entre los chicos y yo durante media hora. Perdí. Eran mayoría, ¿que podía hacer yo?
Sobre la una, sonó el teléfono de Louis.
-¿Diga? Sí, ajá, me parece bien, vale, gracias, adiós- colgó-. Era Simon. Nos avisa de pasará la limusina a recogernos y que Marta también puede venir.
-¿Limusina?- pregunté sorprendida-. Tío, venir aquí ha sido lo mejor que me ha pasado. Primero voy en helicóptero y luego voy en limusina.
Salí del estudio dando brincos, mientras los chicos me seguían tranquilamente. Salimos fuera, donde paraban los coches que recogían a la gente. En unos minutos, pasó una gran limusina blanca y se paró delante de nosotros. Se bajó una ventanilla y vimos a un señor que nos saludó.
-¿One Direction y acompañante?- preguntó.
-Sí- respondieron los chicos.
-¿Acompañante?- murmuré yo.
Entramos a trompicones en la limusina, y nos distribuimos por la limusina. "Esto sí es lujo", pensé yo. La limusina se dirigió a una gran casa lujosa. Nos dejó en la puerta, y nos dijo el chófer:
-Chicos, tenéis que timbrar y entrar, y tú- dijo dirigiéndose a mí-, tendrás o que esperar fuera o dentro de la limusina. Te recomiendo esperar en la limusina, hay tele y lo ves en directo.
-Espero en la limusina- dije-. Muchísima suerte chicos. Lo haréis genial.
Los abracé a todos y me metí en la limusina.
-Esto...
-Stan- me ayudó el conductor.
-Stan, ¿que canal es?- pregunté.
-La 13, y deprisa, que empieza.
Encendí la televisión y estaban echando The X Factor, una chica estaba escuchando la opinión de Simon y la otra jueza sobre ella.
-Muchas gracias, Cindy- se despidió Simon.
La chica abandonó el lugar, y llegó el turno de One Direction. Pusieron un reportaje del 23 de julio y algunos ensayos (¡salía yo de fondo en una imagen!) y dio entrada a los chicos. Saludaron a Simon y la música comenzó a sonar, pero no lo voy a contar, prefiero que lo veáis vosotros:
Terminaron de cantar, y yo en la limusina me puse a aplaudir como una loca. Stan me miró raro.
-Gracias chicos- dijo Simon-. Tendréis que esperar un momento.
Los chicos se marcharon y Simon comenzó a comentar la actuación con su compañera.
-¡Parece como si llevasen toda la visa cantando juntos!- exclamó la chica.
-Ya lo sé, creo que tomé una buena decisión al juntarlos- comentó Simon.
-Ya lo creo- le dio la razón la jueza-. Por mí pasan sin problemas.
-Opino lo mismo.
-Pues que les digan que pasen.
Los chicos entraron y se juntaron para escuchar la decisión de los jueces.
-Chicosm lo habéis hecho genial- dijo Simon-. Pasáis a la siguiente ronda si problemas.
Los chicos se abrazaron mientras gritaban de alegría, y Niall corrió a abrazar a Simon, siendo imitado por el resto del grupo. Yo aplaudía y aplaudía.
-Tengo que admitir que esos chicos son buenos- dijo Stan.
-¿Buenos? ¡Buenísimos!- le corregí.
-Buenos días- le saludé-. ¿Que tal tu madre?
-Muy bien- respondió-. A estas horas debe estar descansando. ¿Y tú con Harry?
Me atraganté con los cereales.
-¿Yo con qué?
-Con Harry- dijo Zayn como si fuera tonta-. ¿Volvisteis bien ayer?
-Sí, sí- respondí, y volví a mi taza de cereales.
-Mañana actuamos para los jueces- me comentó Zayn.
-Ya lo sé. Ya me contó Harry.
-Oooh, Harry- me hizo burla Zayn.
-Cállate- dije lanzándole un cojín-. A mí no me gusta Harry.
-Me lo creeré- dijo Zayn caminando hacia la cocina.
Escuché la máquina de café funcionar, y luego Zayn vino a la sala y se dejó caer a mi lado en el sofá.
-¡Tío! ¡No te tires así en el sofá, que me tiras la comida!- exclamé.
Zayn se llevó la taza a la boca mientras me miraba de reojo, sonriendo.
-¡No me mires así!- dije golpeándole suavemente el brazo.
-Pero si te encanta- dijo Zayn moviendo sus cejas de arriba a abajo.
-¡Que va!- repliqué-. ¡Y para de hacer eso!
-No quiero.
-Pues vas a parar.
-¿O si no qué?
-Te comes el cojín.
-No te atreves- me retó.
-¿Ah, no?- cogí el cojín y me abalancé sobre él. Le cogí la taza y la dejé sobre la mesa, al igual que la mía. Zayn empezó a gritar, y se tumbó en el sofá, protegiéndose con sus brazos, mientras yo le aporreaba con el cojín mientras ambos reíamos.
-¡No me mates! ¡No me mates!- gritaba Zayn.
-¡Te mataré! ¡Te mataré!- respondía yo.
Estuvimos así durante unos diez minutos, hasta que llamaron a nuestra puerta.
-Vete a abrir- me ordenó Zayn-. Tregua.
-Tregua- contesté yo mientras caminaba hacia la puerta.
Abrí y me encontré a Harry, delante de mí con las manos en los bolsillos.
-Hola- me saludó-. ¿Os falta mucho?
-Hola. Si te soy sincera, sí- respondí.
-Vaya, ¿entonces puedo pasar?- preguntó.
-Claro- dije, e hice un gesto para indicarle que podía entrar. Harry entró y lo primero que vio fue a Zayn en bata y zapatillas, tumbado en el sofá, con dos cojines encima de él.
-No pregunto- dijo Harry levantando las manos, y se sentó en un sillón.
-Mejor- dijo Zayn-. Ya me vengaré- dijo esta vez dirigiéndose a mí.
-Sh- le mandé callar mientras le tiraba un cojín a la cara.
-Veo que te has puesto la ropa que compraste ayer- comentó Harry.
-Sí, bueno, es que me gusta mucho.
Zayn tosió, y mientras lo hacía se le escuchó decir: "No es lo único". Si las miradas matasen, Zayn ya estaría muerto.
-Bueno- dijo Zayn-. Me acabo el café- pegó un sorbo a su taza, terminándose así todo el líquido que había en su interior- y me visto- se levantó y se dirigió a su habitación.
-Tienes un minuto- le informé.
-¿Uno? ¿No pueden ser dos?- pidió Zayn.
-UNO, DOS, TRES- comencé a contar gritando.
-Vale, vale- Zayn corrió a su habitación.
-Como lo controlas- comentó Harry.
-Ya ves- respondí mientras cogía mi taza de cereales y me metía una cucharada en la boca.
-Está rico, ¿eh?- se burló Harry al ver mi forma de comer.
-Sí, mucho- contesté riendo-. No te burles.
-No me burlo- replicó Harry.
-Sí lo haces.
-No lo hago.
-Sí.
-Noo.
-Que síiii.
-Que noooo.
-¡¡Ya estoy!!- gritó Zayn dando un brinco.
-Felicidades.
-Guau, tío, te mereces un premio.
-JA, JA, muy graciosos vosotros.
-Gracias- dije sonriendo.
-Venga, nos vamos- dijo Harry.
-Esperad a que coja mi portátil- pedí-. Tengo que hacer una cosa.
Fui a por mi portátil y lo guardé en mi bolso. Nos marchamos puntuales y cogimos un autobús para ir al estudio. Me encantan esos autobuses, no me canso de decirlo. Durante el camino, Zayn fue contándole a Harry cómo habíamos celebrado mi cumpleaños el año pasado.
-... Ella quería que el chico que estaba en la butaca de delante se fijara en ella- contaba, y yo le mandaba callar constantemente-, así que al salir hizo que se caía tirando todas sus cosas. Y vaya si el chico se fijó en ella, se empezó a partir de risa, aunque la ayudó a levantarse y se conocieron, fue lo único bueno para Marta.
-A ver: UNO: No me gustaba ese chico, te lo acabas de inventar- replicaba yo- y DOS: esa caída fue un accidente, me tropecé con las escaleras del cine.
Todo el viaje en autobús fue más o menos así, y al fin llegamos al estudio. Entramos y resultó que éramos los primeros. Por primera vez en la vida. Tomamos asiento y seguimos hablando, esta vez del cumpleaños de Zayn de ese año.
-... Y entonces Zayn se enamoró de la camarera y no paraba de pedir cosas- contaba yo-, y a la sexta o así le pidió su número, a ver si colaba. Ella lo que hizo fue darle una torta, y al final, como invitaba yo, yo pagué lo que debía pagar, y le hice pagar a Zayn todas las tonterías que había pedido.
Harry rió, y Zayn se puso rojo como un tomate. En ese momento llegó Niall mientras se comía un trozo de lo que parecía ser una pizza rara.
-Que hay- saludó-. No me miréis, no me gusta que me miren mientras como.
-Vale- dijimos nosotros, y evitamos mirar a Niall, aunque era difícil, porque resultaba cómico comiendo.
-Una cosa, ¿vosotros sabéis donde está la casa de Simon?- preguntó Niall con la boca llena.
-No- respondió Zayn-, pero supongo que nos dará la dirección.
-Vale- dijo Niall mientras pegaba otro mordisco a su comida.
-Buenos días chicos- saludó Liam que en ese momento acababa de llegar.
-Buenos días- saludamos nosotros.
-¿De qué hablabais?- preguntó Liam.
-De nada- contestó Niall con la boca llena-. De de donde vive Simon, ¿tú lo sabes?
-No.
-Ah.
Se escuchó un portazo y todos nos giramos de repente. Vimos a Louis junto a la puerta.
-¡Me cago en todo! ¡¿No te podías cerrar normal, maldita puerta?!- gritaba.
Se giró y nos vio a todos mirándole perplejos.
-Ah, hola chicos- saludó, y vino corriendo hacia donde estábamos nosotros.
-Hola Louis- saludamos.
-¿Que hiciste?- pregunté yo riéndome y señalando la puerta.
-¿Yo? Nada- contestó-. La puerta se cerró sola de un portazo. No sería exagerar decir que se escuchó en todo Londres.
-Tampoco será para tanto- opinó Niall con la boca llena, mirando al vacío y manteniendo su gesto serio.
-Sí es- le dijo a Niall, y luego, dirigiéndose a nosotros:- ¿Y a este que le pasa?
-Déjalo, está comiendo- respondió Harry riendo.
-Pues vaya forma más rara de comer- comentó Louis.
-Ya- le dio la razón Zayn.
Seguimos charlando alegremente, y los cinco minutos llegó Simon.
-¡Muy buenos días chicos! ¡Mañana es el gran día!
Nosotros lo saludamos, y los chicos empezaron a ensayar. Cada vez lo hacían mejor, y yo, en vez de estar a lo mío, los miraba todo el rato con la boca abierta. ¡Eran increíbles! Me encantaban. Ya me declaraba oficialmente fan de One Direction. Pasaron toda la mañana ensayando, y luego por la tarde, vuelta a ensayar. Ya lo tenían perfecto para el día siguiente. Abandonamos el estudio y cada uno se fue directamente a su hotel, ya que al día siguiente habría que estar descansados.
Llegó el 27 de julio, y todos nos levantamos a la hora de siempre, pero esta vez más emocionados. Yo me volví a poner algo que los chicos me habían comprado el día de mi cumpleaños. Me lo puse y corrí a la cocina a prepararme el desayuno y luego tomármelo en la sala. Para mi sorpresa, Zayn ya estaba vestido tomando tranquilamente su desayuno.
-Hombre, mira quien ha madrugado hoy- bromeé.
-Ya ves, así puedo desayunar más tranquilo. Estoy nervioso.
-No me extraña, pero yo estaré con vosotros- le animé-. Bueno, fuera de la casa, pero con vosotros en el alma.
Los dos reímos y nos terminamos el desayuno.
-¿Ayer os dijo Simon que tenéis que hacer hoy?- pregunté.
-Sí- respondió Zayn-. Tenemos que ir al estudio, y él nos mandará un coche al mediodía que nos lleve a su casa.
-Vale, os acompaño al estudio y luego a ver como hago.
Salimos de la habitación y nos encontramos a Harry saliendo de su habitación.
-¡Hola!- nos saludó.
-Holaaa- saludó Zayn.
-Hola- saludé yo con una sonrisa.
Los tres bajamos al vestíbulo y abandonamos el edificio. Allí cogimos un taxi que nos llevara al estudio, porque Zayn se quejaba de que siempre íbamos como yo quería. Llegamos al estudio en quince minutos, y allí ya estaban todos nuestros amigos.
-¡Hola!- saludamos.
-¡Hola!- nos devolvieron el saludo.
-Puf, que nervios- comentó Louis.
-Ya, pero lo hemos preparado bien- opinó Liam-. Lo haremos bien.
-¡Lo haréis genial!- exclamé yo-. ¡Sois geniales!
-Tampoco exageres- dijo Harry modestamente.
-¡No exagero! ¡Y lo sabéis!- seguía yo defendiendo mi opinión.
-Bueno, estoy de acuerdo con Harry. No será para tanto- opinó Niall.
-¿Me vacilas?- le contesté.
-No- respondió Niall tranquilamente.
Seguimos con aquella mini-discusión entre los chicos y yo durante media hora. Perdí. Eran mayoría, ¿que podía hacer yo?
Sobre la una, sonó el teléfono de Louis.
-¿Diga? Sí, ajá, me parece bien, vale, gracias, adiós- colgó-. Era Simon. Nos avisa de pasará la limusina a recogernos y que Marta también puede venir.
-¿Limusina?- pregunté sorprendida-. Tío, venir aquí ha sido lo mejor que me ha pasado. Primero voy en helicóptero y luego voy en limusina.
Salí del estudio dando brincos, mientras los chicos me seguían tranquilamente. Salimos fuera, donde paraban los coches que recogían a la gente. En unos minutos, pasó una gran limusina blanca y se paró delante de nosotros. Se bajó una ventanilla y vimos a un señor que nos saludó.
-¿One Direction y acompañante?- preguntó.
-Sí- respondieron los chicos.
-¿Acompañante?- murmuré yo.
Entramos a trompicones en la limusina, y nos distribuimos por la limusina. "Esto sí es lujo", pensé yo. La limusina se dirigió a una gran casa lujosa. Nos dejó en la puerta, y nos dijo el chófer:
-Chicos, tenéis que timbrar y entrar, y tú- dijo dirigiéndose a mí-, tendrás o que esperar fuera o dentro de la limusina. Te recomiendo esperar en la limusina, hay tele y lo ves en directo.
-Espero en la limusina- dije-. Muchísima suerte chicos. Lo haréis genial.
Los abracé a todos y me metí en la limusina.
-Esto...
-Stan- me ayudó el conductor.
-Stan, ¿que canal es?- pregunté.
-La 13, y deprisa, que empieza.
Encendí la televisión y estaban echando The X Factor, una chica estaba escuchando la opinión de Simon y la otra jueza sobre ella.
-Muchas gracias, Cindy- se despidió Simon.
La chica abandonó el lugar, y llegó el turno de One Direction. Pusieron un reportaje del 23 de julio y algunos ensayos (¡salía yo de fondo en una imagen!) y dio entrada a los chicos. Saludaron a Simon y la música comenzó a sonar, pero no lo voy a contar, prefiero que lo veáis vosotros:
Terminaron de cantar, y yo en la limusina me puse a aplaudir como una loca. Stan me miró raro.
-Gracias chicos- dijo Simon-. Tendréis que esperar un momento.
Los chicos se marcharon y Simon comenzó a comentar la actuación con su compañera.
-¡Parece como si llevasen toda la visa cantando juntos!- exclamó la chica.
-Ya lo sé, creo que tomé una buena decisión al juntarlos- comentó Simon.
-Ya lo creo- le dio la razón la jueza-. Por mí pasan sin problemas.
-Opino lo mismo.
-Pues que les digan que pasen.
Los chicos entraron y se juntaron para escuchar la decisión de los jueces.
-Chicosm lo habéis hecho genial- dijo Simon-. Pasáis a la siguiente ronda si problemas.
Los chicos se abrazaron mientras gritaban de alegría, y Niall corrió a abrazar a Simon, siendo imitado por el resto del grupo. Yo aplaudía y aplaudía.
-Tengo que admitir que esos chicos son buenos- dijo Stan.
-¿Buenos? ¡Buenísimos!- le corregí.
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