A la mañana siguiente me desperté encima de Harry y Niall. Seguían con los cojines en la boca, pero estaban llenos de babas. Me incorporé, y vi a Zayn sentado en una butaca, comiéndose los cereales y contemplándonos. Debía de ser un espectáculo vernos dormir, ya que Zayn era difícil de entretener.
-¿Y tú qué miras?- pregunté frontándome un ojo.
-A vosotros- respondió-. Das patadas mientras duermes, cosa que afectó mucho a Harry.
Miré a Harry, que estaba encogido, con la cabeza apoyada en el hombro de Niall.
-Ay- fue lo único que conseguí decir, imaginando lo mal que lo debía haber pasado Harry.
Me levanté del sofá, y me senté en el apoya-brazos del sillón donde estaba Zayn, y miré junto a él a Harry y Niall. Daba mucha risa. Me levanté enseguida y fui a la cocina a por unos cereales. Volví y me senté donde antes me había sentado junto a Zayn, y empecé a comerme los cereales.
-Buenos dí...- Liam venía por el pasillo, y en cuanto vio a Harry y Niall, cortó su saludo.
-Hola- saludamos a Liam.
-¿Y a éstos que les dio?- preguntó señalando al rubio y al de rizos con el pulgar.
-Sueño- respondió Zayn indiferente.
Reí ante aquel comentario, y seguí comiendo mis cereales. Louis también se levantó, y se puede decir que su reacción fue muy similar a la de Liam. Al final acabamos desayunando todos en el sillón. Liam al otro lado en el que estaba yo y Louis apoyado en el respaldo, quedando su taza apoyada en la cabeza de Zayn, así, los cuatro observando a Harry y Niall.
Cuando Niall despertó, nos vio a los cuatro mirándoles fijamente. Se sobresaltó (normal) y nos miró raro:
-¡¿Pero que hacéis?!
-¿Nosotros?- preguntó Louis.
-Naada- añadió Liam.
-Miraros, lo único- dijo Zayn.
Niall se levantó del sofá y con cara de espantado se fue hacia la cocina.
-Vaya forma de despertarse- murmuraba, cosa que hacía que yo me partiera de risa.
Me tomé mi última cucharada de cereales y me levanté para ir a la cocina. Allí estaba Niall, apoyado en el fregadero, bebiendo un zumo de naranja.
-¿Sabes el susto que me habéis dado?- dijo después de dar un gran sorbo a su zumo.
-¿Y tú sabes lo graciosos que estabais?- respondí riendo.
-¿Era para tanto?- preguntó.
-¿Vamos a estar todo el rato preguntándonos cosas?- respondí a modo de pregunta.
-Tú respóndeme- se quejó.
-Sí, era para tanto.
Entonces escuchamos a Harry gritar.
-Se ha despertado- dije riendo.
Niall asintió riendo, y se terminó su zumo. Harry apareció corriendo en la cocina.
-¿Vosotros sabéis como me miraban mientras dormía?- preguntó Harry gesticulando exageradamente.
Niall y yo asentimos a la vez.
-Me hicieron lo mismo- dijo Niall.
-Aunque tiene pinta que lo tuyo fue más gracioso- añadí aguantando la risa.
-No tiene gracia- dijo Harry colocando sus rizos.
-Sí la tiene- dijimos Niall y yo a la vez.
En ese momento, Louis entró por la puerta riendo, dando palmas debido a la risa:
-¡Harry, deberías haber visto la cara que pusiste!
Harry se cruzó de brazos y puso cara de niño pequeño enfurruñado.
-Anda, no pongas esa cara- dijo Louis haciéndole cosquillas.
Harry pasó de enfurruñado a carcajada limpia, apartando a Louis.
-¡Para!- vociferaba-. ¡No me gusta que me hagan cosquillas! ¡PARA!
-¡No!- respondía Louis-. ¡No pararé nunca!
Harry se protegía con patadas, tortas y gritos. Niall sacó su móvil y le dio a la aplicación de la cámara de vídeo. Le dio al botón con el punto rojo, y comenzó a grabar.
-Luego me lo pasas- le susurré riendo.
-Tranquila- respondió, también, aguantando la risa.
Louis y Harry se "peleaban" a grito pelado, y Zayn y Liam habían ido hacia la cocina, seguramente por los gritos de Harry. Estaban apoyados en la puerta, riendo, al igual que Niall y yo.
-¿Qué te apuestas a que vienen los vecinos a quejarse?- le susurré a Niall.
-No apuesto, que pierdo- contestó Niall.
Seguimos mirando la escena, hasta que llamaron con energía a la puerta. Esto hizo que todos calláramos, y Niall apagara la grabadora. Todos nos miramos entre nosotros, decidiendo quién iba a abrir. Todos me estaban mirando a mí.
-¿Yo? ¡No!- murmuré.
-¡Sí, tú!- mandó Zayn, también susurrando-. Si te echan a ti no pasa nada, pero a nosotros sí.
Después de una pequeña discusión así, perdí, y fui a abrir la puerta. Allí estaba mi madre, con cara de pocos amigos.
-¡¿Y ese griterío?!- exclamó nada más verme.
-¿Griterío? Yo no escuché nada- negué, y luego puse una sonrisa de angelito.
-Pues estás bien sorda- replicó mi madre-. Como volváis a gritar así, van a echaros.
-¡Pero si eran Harry y Louis!- repliqué.
-¡Me da igual! Vosotros en silencio- me regañó mi madre, dándose media vuelta y yendo hacia su habitación.
-Buenos días mami, dormí genial, gracias por preguntar- ironicé, metiéndome yo también en nuestra habitación.
-¿Quién era?- preguntó Liam cuando volví a la cocina.
-Mi madre- respondí.
Los chicos suspiraron de alivio. Yo volví al lado de Niall, y pregunté:
-¿Qué vamos a hacer hoy?
-Vamos a visitar a Lottie- respondió Louis.
-Iremos a comer a un restaurante- siguió Niall.
-Y luego tendremos que comprar unas cosillas- finalizó Harry.
-¿En domingo?- pregunté extrañada.
-Hay tiendas que abren 363 días al año- respondió Liam.
-¿Y que vais a comprar?- pregunté.
-Cosas- contestó Zayn-. Tenemos que separarnos en parejas, aprovechando que estás aquí.
-¿Y con quién voy?- pregunté de nuevo.
-Estás preguntona, ¿eh?- inquirió Louis-. Creemos que te va a parecer más interesante ir con Harry, ya que lo demás te va a parecer muy aburrido.
Miré a Harry, que a su vez me miraba con una sonrisa divertida.
-Vale- dije al fin-. Pero llueve.
-¿Y?- respondió Niall-. Eso no importa. Ahora vamos a vestirnos, que si no Lottie nos pega.
Así lo hicimos. Cada uno fue a su habitación y se vistió. Yo fui junto a mi madre y también me vestí. Me puse unos leggins, una sudadera roja preciosa y unas Converse. Ya sé, no muy apropiado para un día de lluvia, pero yo voy al revés, según mi madre no tengo remedio.
-¿Qué vais a hacer hoy?- preguntó mi madre.
-Vamos a ver a Lottie, a comer fuera y a comprar unas cosillas, según los chicos- respondí.
-¿Comprar? ¿Un domingo?- preguntó mi madre, extrañada, como yo cuando me lo dijeron.
-Eso parece- respondí.
Salí, preguntándome para qué querrían los chicos ir de compras tan urgentemente. Entré de nuevo en la habitación de los chicos, que ya estaban preparados, peinándose los unos a los otros, excepto Harry, que no le hacía falta peinarse. Cuando ya estuvieron listos, nos marchamos. Nos pusimos las capuchas, ya que los paraguas se los habían cargado los chicos el jueves de aquella semana (no preguntéis). Fuimos caminando pegados a los edificios, para cubrirnos un poco. Liam iba hablándonos de su vida.
-Y, ¿sabéis? Le tengo miedo a las cucharas.
Los otros cinco nos paramos y lo miramos.
-¿A las cucharas?- preguntamos sorprendidos.
-Sí, son terroríficas- respondió.
-¿Y no comes sopa?- preguntó Zayn.
-Sí, pero con tenedor- contestó.
-Yo probé una vez- recordó Niall-. Es imposible.
-¿Dejamos el tema?- preguntó Louis.
-Tenéis unas cosas más raras...- comenté.
-Ya- respondieron los cinco.
Seguimos caminando y llegamos a una gran casa un poco apartada. Era preciosa, y enorme. Tenía el tejado negro, y el cuerpo de la casa era primero beige muy claro y luego rojo.
Louis se acercó a la puerta y llamó al timbre.
Una mujer pelirroja abrió la puerta sonriente.
-¡Hola! ¿Tú eres el hermano de Lottie? ¿Y esos son tus amigos?- preguntó la mujer alegremente.
-Sí, buenos días- respondió Louis-. ¿Podemos ver a mi hermana?
-¡Por supuesto!- respondió la mujer haciendo un gesto con la mano, y acto seguido, nos hizo un gesto para que pasáramos.
La casa por dentro era mucho más bonita de lo que lo era por fuera. Estaba muy bien amueblada. Las paredes eran de un color suave, y estaban decoradas con imitaciones de los mejores cuadros de Picasso. La mujer nos condujo al salón, y nos hizo una señal de que nos sentáramos en el sofá. Así lo hicimos. La mujer se asomó por una puerta, y gritó:
-¡Lottie! ¡Tienes visita!
Dicho esto volvió junto a nosotros.
-Oh, disculpad, no me he presentado- se excusó la mujer-. Me llamo Jazmine Peters. Encantada de conoceros.
-Nosotros somos Louis, Zayn, Niall, Marta, Harry y yo soy Liam- presentó Liam señalando a cada uno de nosotros según iba diciendo nuestro nombre-. Nosotros también estamos encantados.
Justo en ese momento bajó Lottie, acompañada de una chica un par de años mayor que ella. Supuse que era la chica que estaba con ella durante el intercambio. Nos saludaron, y la chica se quedó mirando embobada a Harry, al igual que Harry a ella.
-¿Harry?- preguntó la chica al ver a Harry.
-¿Jennifer?- preguntó el de rizos.
-¡Cuanto tiempo!- exclamó la chica, lanzándose encima de Harry.
Harry la abrazó, aunque se notaba que no tenía muchas ganas. Louis y Liam se miraron con cara de "¿y ésto?". Jennifer se separó de Harry y nos miró a los demás sonriente.
-Oh, perdonad. Soy Jennifer- se presentó-. Perdonad esto, es que Harry y yo ya nos conocíamos.
-Sí...- afirmó Harry. Luego, murmuró para sí mismo, de forma que solo yo pude escucharle:-. Por desgracia.
-Salimos juntos durante un año- explicó Jennifer sonriente-, pero lo dejamos por el tema de que me mudé a Londres.
-Muy interesante- dijo Zayn sin mucho entusiasmo.
Harry estaba cabizbajo sentado en el sofá. Las manos le temblaban un poco, y una gota de sudor le caía por la frente.
-Bueno- cortó Louis-, ¿qué tal, hermanita?
-Muy bien- contestó Lottie sonriente.
-Me alegro- dije yo sonriente.
-¿Y tú quién eres?- me preguntó Jennifer secamente, poniendo cara de asco.
-Marta- respondí en el mismo tono que ella.
-Ah- dijo-. ¡Harry! ¿Por qué no vamos al centro comercial y me cuentas como te ha ido estos años que no nos hemos visto?
Harry reaccionó de repente, y miró a Jennifer. Respondió, la voz le temblaba:
-Yo iría encantado, pero mis amigos y yo ya tenemos planes, no los quiero dejar plantados.
-¡Oh, no hay problema!- exclamó alegremente Jennifer-. ¡Podemos ir también con ellos!
Cada vez me caía peor esa chica. Era como un lapa reencarnada en el cuerpo de una adolescente. Al parecer mis amigos opinaban lo mismo, ya que sus caras eran muy parecidas a la mía.
-Jennifer, no creo que les apetezca que nos acoplemos...- empezó a decir Lottie.
"Bendita Lottie", pensé yo.
-¡Tonterías!- la cortó Jennifer-. No os importa, ¿o sí?
-Noo- dijimos todos a la vez.
-¡Genial!- exclamó Jennifer-. ¡Vamos a prepararnos, Lottie!
Jennifer cogió a Lottie de la muñeca y la arrastró escaleras arriba. Su madre se disculpó y fue a la cocina. Nos quedamos solos, y todos miramos a Harry.
-Es una larga historia- respondió, interpretando nuestras miradas-. Os la explicaré en un momento mejor.
-Esa chica es una pelma- opinó Niall.
-Y cómo te mira...- comentó Louis.
-Ya, no hablemos de esto- pidió Harry.
Nos quedamos los seis en silencio en el salón de la pesada esa, cuando al fin bajaron ella y Lottie.
-¡Vámonos!- exclamó cogiendo a Harry de la mano y tirando de él hacia la puerta.
Yo fui junto a Lottie y la saludé.
-Ya hacía tiempo que no te veía- comentó.
-Ya- le di la razón-. ¿Qué tal todo por aquí?
-Bien- respondió-, aunque, como puedes ver, tengo que hacer siempre lo que Jennifer pide, y parece que Harry también.
-Ya veo- respondí-. Y ni Harry ni tú decís ni mu.
-Ya, ahora lo que menos quiero es tener problemas con mi familia de acogida nada más llegar- dijo Lottie.
-Normal, pero aún te queda- le dije, compadeciéndome de ella por dentro por tener que aguantar a Jennifer hasta junio.
-Hay que aguantarse- dijo Lottie encongiéndose de hombros.
Salimos de la casa, y Jennifer fue agarrada del brazo de Harry, parloteando sin parar. Los demás íbamos detrás, hablando tranquilamente, y agradeciendo no ser Harry. Fuimos al centro comercial más cercano. Allí había poca gente, ya que era domingo, pero había más que un día normal por las calles de Bradford. Jennifer tiró de Harry hacia un banco, y los dos se sentaron. Harry miraba todo el rato hacia nosotros, pero Jennifer reclamaba enseguida su atención. Nosotros pasamos de sentarnos, y nos quedamos de pie hablando.
-Esa tía es una petarda- dijo Louis.
-No hables así de ella- la defendió Lottie-. Si voy a tener que aguantarla siete meses, por lo menos tendrá que caerme bien.
-Pobrecilla- se compadeció Niall de ella-. No me gustaría ser tú.
-Ahí, tú mete el dedo en la llaga- rió Lottie.
-Perdona- se disculpó Zayn.
-¡¡Chicos!!- chilló Jennifer, cortándonos-. ¡¿Vamos a comer?!
-¡Vale!- respondió Niall, un poco más contento.
Fuimos camino a un restaurante, a uno de comida italiana. Pedimos una mesa para ocho. Como no, Jennifer tiró de Harry para que se sentara a su lado. El resto fuimos corriendo a sentarnos a los sitios más alejados de ella. Yo iba a sentarme en el único sitio que había libre que no era al lado de Jennifer, pero Louis se puso en medio y me apartó de un golpe de cadera. Yo tuve que sentarme al lado de Jennifer. Ella se giró para ver quien se había sentado a su lado, y cuando me vio, puso cara de asco y se giró de nuevo. Cuando se giró, puse la misma cara de asco que ella había puesto. Me giré hacia Louis, que era quien tenía al otro lado.
-Me debes una- le susurré-. Y bien grande.
-Lo siento- se disculpó-, pero yo con esa no me siento.
-¿Y te crees que yo lo hago de buena gana?- repliqué.
-Tampoco será para tanto.- Louis le quitaba importancia-. Ahora intenta escuchar que le dice a Harry.
Obedecí, y me senté bien. La única que hablaba era Jennifer, y Harry escuchaba, o por lo menos, lo fingía.
-¡Ay, Harry! Si supieras lo que te he echado de menos. Yo intentaba contactar contigo, pero me resultaba imposible. También te mandé una petición de amistad en Facebook, pero debiste confundirte, porque la ignoraste.
"Será eso", pensé irónicamente.
-Y cuando me enteré de que estabas en Londres, te busqué, pero no te encontraba. ¡Pero no importa! El caso es que ya te encontré. ¿Sabes qué pienso? ¡Que tenemos que quedar un día los dos solos!
Harry espabiló de repente. Dudó un momento, y al fin contestó:
-Mira, me encantaría, pero... Pero es que tenemos que ensayar mucho, por lo del concurso y tal...
-¿Puedo ir a ver algún ensayo vuestro?- preguntó.
-Eeeee...- dudó Harry-. Lo siento mucho, eso nos desconcentraría y Simon no lo permitiría.
-Jo, que pena, pero... ¿Los domingos estás libre?
-¿Los domingos? Tengo que... Hacer recados, sí eso, tengo muuuchos recados- exageró Harry.
A mí ya me hartaba escuchar, así que volví junto a Louis.
-¿Y bien?- me preguntó interesado.
-Jennifer está todo el rato hablando de quedar, y Harry le pone una excusa tras otra- respondí.
-No me extraña- respondió Louis.
El camarero apareció con toda la comida. Louis y yo nos aseguramos de que era el mismo que nos había tomado nota (mejor prevenir que curar). Era el mismo. Cuando todos tuvimos nuestro plato delante, empezamos a comer. La comida estaba deliciosa. Al terminar, cada uno pagó lo suyo y abandonamos el restaurante.
-Bueno, nosotros nos tenemos que ir a hacer unos recados- dijo Zayn, y antes de que Jennifer pudiera decir nada, añadió:-. Solos.
-¿Por qué?- Jennifer puso cara de estar desilusionada.
-Es una cosa que tenemos que hacer nosotros solos- contestó Liam.
-¿Y ésta?- dijo despectivamente, señalándome-. ¿Va a acompañaros?
-Pues sí, a ti nadie te necesita- le dije en el mismo tono.
Ella puso cara de estar ofendida, y le dijo a Harry:
-¿Viste como me acaba de hablar? ¡Harry, dile algo!
Harry resopló, y, le dijo a Jennifer:
-Ni caso. Ahora tenemos que irnos. ¡Un placer verte! ¡Adiós Lottie!
Lottie dijo adiós con la mano. Los demás nos despedimos de Lottie y nos marchamos. Cuando las perdimos de vista, Harry exclamó:
-¡Por fin me libro de esa petarda!
Los demás reímos, y Liam dijo:
-Ahora vamos a hacer lo que tenemos que hacer-. Intercambió miradas con el resto de los chicos sin que yo me enterara de nada.
Nos separamos. Niall y Zayn, Liam y Louis, Harry y yo.
-Tenemos que ir un poco lejos de aquí- me informó Harry-. Yo no sé llegar, tendremos que preguntar.
-Vale, listo- respondí-. Tú tan ágil como siempre.
Salimos del centro comercial, y fuera llovía a cántaros. Parecía el diluvio universal.
-¿Llamamos un taxi?- pregunté.
-Pues como tú no tengas dinero para uno, no- respondió Harry, mirando hacia todos los lados.
-Yo no tengo- respondí-. Me lo gasté todo en la comida.
-Yo lo justo para comprar lo que necesitamos- añadió Harry.
-Oh- respondí.
-Espero que hayas traído ropa impermeable- me dijo-, porque vamos a tener que ir caminando.
-¿Caminando? ¿Con esta lluvia?- pregunté sorprendida.
-Ajá- respondió mirándome sonriente.
Yo me estaba preguntando como podía estar sonriendo después de decir eso.
-Pues te hago saber que no llevo ropa impermeable- le dije.
-Te aguantas- dijo, cogiéndome de la mano, y tirando de mí hacia el exterior.
-¡Harry! ¡Yo no puedo salir así!- exclamé.
-Te hubieras puesto ropa apropiada- me dijo Harry, mientras me conducía por las mojadas calles de Londres.
Llegamos a un toldo, y allí Harry preguntó por una tienda de la que no fui capaz de escuchar el nombre. Cuando el señor al que había preguntado terminó de hablar, Harry asintió y le dio las gracias. Volvió a cogerme de la mano y a llevarme por las calles de la capital inglesa.
-¡Harry! ¡Me estoy empapando!- le dije.
Harry se dio media vuelta y me vio calada hasta los huesos. Soltó una risita, se sacó su chaqueta de cuero, y me la puso sobre los hombros.
-Ahora vas bien.- Me puso un brazo sobre el hombro y siguió caminando junto a mí. Yo debía estar como un tomate. Al fin llegamos a la tienda a la que Harry quería ir. "ALIMENTOS CLARKSON".
-¿En serio? ¿Alimentos?- pregunté, mientras Harry me empujaba al interior.
-Sí- respondió Harry.
-¿De qué va esto?- pregunté.
Harry suspiró, y respondió a mi pregunta:
-Le estamos organizando una cita a Simon.
-¿Qué? ¿Una cita? ¿A Simon? ¿Con quién?- pregunté.
-Eso está por ver- me dijo guiñándome un ojo.
Empezó a coger comida que parecía muy elegante, apropiada para una cita. Cuando cogió toda la comida que creía necesitar, fue a pagar. Cuando salíamos, la lluvia aflojó un poco. Fuimos caminando, y llegamos a la alameda donde habíamos ido unos días después de crearse One Direction.
-Mira que organizarle una cita a Simon...- comenté.
-Qué poco romántica eres- me dijo Harry.
-No, ya, quien sí lo es es tu amiguita Jennifer- repliqué.
-¿Es cosa mía, o huelo celos?- preguntó Harry sonriente.
-¿Yo? ¿Celosa? ¿Por ti?- respondí nerviosa. No sé disimular.
-Sí.- Harry estaba sonriente.
-Yo nunca estaría celosa de esa chica por estar contigo- dije parándome.
-Yo creo que sí lo estás- respondió Harry, parándose él también, enfrente de mí-. Sólo es verte.
-Eso es mentira- dije. Harry estaba cada vez más cerca.
-¿Por eso odias tanto a Jennifer?- preguntó Harry.
-No me pinches, Styles- dije.
-No te pincho, te digo la verdad, pero, ¿sabes? No deberías estar celosa de ella.
Miré a Harry a los ojos. Estaba a escasos centímetros de mí. Escuché el sonido de la bolsa que Harry llevaba en la mano caer al suelo. Entonces sentí los labios de Harry sobre los míos. Estaba besando a Harry. Ambos cerramos los ojos. Harry puso ambas manos sobre mi espalda mojada, acercándome a él. Yo puse mis brazos alrededor de su cuello, acariciando sus rizos. Estaban mojados, pero seguían igual de suaves que siempre. Y ahí estábamos los dos. Harry Styles me estaba besando.
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