Capítulo 25: Batido de fresa y plátano

O sea que por eso me sentía observada en aquel parque... Era Zayn. Dudé si decírselo o no. Zayn era mi mejor amigo, más que eso, como mi hermano. Llevaba más de media vida con él, y aún por encima habíamos hecho hace seis años una promesa de contarnos todo. Suspiré, y decidí decirle la verdad:

-Técnicamente no estoy saliendo con Harry.

-¿Entonces?- preguntó Zayn.

-Solo... Un par de besos y ya...- dije rápidamente.

-Vale, todo lo que quería saber- dijo Zayn-. Ahora cuéntame como pasó. Lo quiero todo.

-Tío, me da vergüenza- dije.

-¿Por qué? Yo te conté mi cita el año pasado con Rebecca Martinez- replicó Zayn.

-Bueeno...- me rendí, y le conté todo lo que había pasado desde el día anterior por la tarde hasta ese momento.

-Pero qué bonito...- exclamó Zayn cuando terminé.

-No quiero comentarios- dije riendo.

-Me da igual. Yo los hago- dijo-. O sea, que Harry puede ser romántico, aunque no lo parezca... Ay, cuando lo sepan los demás...

-¡No! ¡Nada de demás!- exclamé-. No hasta que pase algún tiempo...

-¿Por?- preguntó Zayn.

-Porque no sé si es de verdad- respondí.

-Vaaale, pero no te preocupes. Harry es buen chico- me tranquilizó Zayn.

-Ya lo sé, pero no sé...- dije-. Bueno, el caso es que, ¡ni una palabra! ¿Me oyes, Malik?

-Soy una tumba- dijo Zayn levantando las manos.

-Así me gusta- dije con una sonrisa, y luego abracé a Zayn. Zayn me devolvió el abrazo.

Luego, ambos salimos de la habitación y regresamos al salón. Liam y Louis seguían con el globo de las narices, y Niall se estaba comiendo las patatas, bajo la mirada enfadada de Harry. Zayn corrió a sentarse en el sofá. "No sabe lo que hace", pensé. Yo, en cambio, cogí un puf y me dejé caer sobre él.

-Veo que al final has conseguido las patatas- le dije a Niall.

-Me ha costado, pero así es- dijo Niall.

-Se las he dado porque me dabas pena- intervino Harry.

-Eso dicen todos los perdedores- se regodeó Niall.

-¿Pero no íbamos a usar las patatas en la cita?- preguntó Liam, concentrado en golpear el puñetero globo.

-¿Quién quiere patatas fritas en una cita, aunque sean españolas?- respondió Louis, dando un golpe al globo.

-Tienes razón- dijo Liam asintiendo.

-Se me ha ocurrido una cosa- dijo de repente Louis.

-¿Qué?- preguntó Liam.

Louis atrapó el globo, y lo chocó suavemente contra la cabeza de Zayn.

-¿Las crestas explotan globos?- preguntó.

-No sé, prueba- dijo Liam, poniendo la raqueta sobre su regazo.

Louis golpeaba el globo en la cabeza de Zayn, y éste estaba con cara de estar aguantando unas ganas tremendas de estrangular a Louis. Tras tres golpes más, Zayn se levantó de golpe, mientras vociferaba:

-¡¿Quieres dejar el maldito globo de las narices?!

-Guau, que genio, Malik- dijo Louis, tirándole el globo a Liam.

-Sois desesperantes- les dijo.

-¿A que sí?- intervine.

-¡Sí!- Zayn me dio la razón y se sentó en el suelo, frente al sofá.

Liam y Louis intercambiaron miradas traviesas.

-Oye, Lou- dijo Liam-. Se me ha ocurrido un nuevo juego.

-Cuenta, Li- dijo Louis.

Liam cogió el globo y lo tiró fuerte contra la cabeza de Zayn, de forma que éste rebotó hacia Louis.

-¡Muy bueno!- exclamó Louis, diciendo justo lo contrario de lo que debía estar pensando Zayn.

Louis imitó la acción de Liam, y Zayn, ya harto, cogió el globo y se lo estampó primero en la cara a Liam y luego a Louis.

-Me tenéis harto con el globo este- sentenció, y dicho esto, se sacó una llave del bolsillo y la chocó contra el globo, haciendo que éste explotara-. Arj, aleluya.

-A Zayn le dio algo- canturreó Harry.

-Y ese algo te va a dar a ti- le amenazó Zayn.

-Dejadlo- dije-. Cuando se pone así lo mejor es dejar que se relaje. Lo aprendí por las malas.

-¿Qué te hizo?- preguntó Niall riendo.

-Me da vergüenza contarlo- dije.

-No será para tanto- dijo Louis.

-Sí lo es.- Zayn ya estaba algo más tranquilo.

-Cuéntalo- dijo Liam, tirándome los restos del globo por encima.

-No- dije.

-Porfaaaaa- dijeron los cuatro a la vez.

-Cuéntalo- me dijo Zayn-. De todos modos, es solo vergonzoso para ti.

-Te juro que te voy a dar semejante torta que no te vas a acordar ni de quien eres- dije de la forma más dulce posible.

-Gracias, amiga mía- agradeció Zayn sarcástico-. Ahora habla.

-Vale- accedí-. Zaynmetiróelbatidodefresayplátanoporencimacuandoteníamosonceaños.

-¿Qué?- dijeron los cuatro, ya que había dicho todo sin parar.

-Que Zayn me tiró el batido de fresa y plátano por encima cuando teníamos once años- dije mirando al suelo.

Los cuatro rompieron a carcajada limpia.

-¡No tiene gracia!- exclamé.

-Sí la tiene- dijo Niall sujetándose la barriga de tanto reír.

-Me gustaría verlo- dijo Louis, tosiendo de la risa.

-¿No lo grabasteis?- preguntó Liam tapándose la boca mientras reía a carcajadas.

-¡No! ¡Y si lo hubieran grabado te aseguro que eso ya estaba quemado y requemado!- grité.

-Venga, no te pongas así- dijo Harry-. Aunque sí que es vergonzoso.

-¿Pero acaso vosotros sabéis lo que me costó sacarme ese pringue del pelo? ¡Tenía hasta trocitos de fresa y plátano espatarrados por el pelo!- exclamé.

-¿Pero por qué te lo tiró por encima?- preguntó Liam, dejando de reír.

-Te toca- le dije a Zayn con sonrisa angelical.

-¡No! ¡Es muy vergonzoso!- exclamó Zayn.

-Oh, vaya, ¿de qué me suena a mí eso?- pregunté, haciéndome la tonta.

Zayn suspiró. Sabía que esa la había perdido.

-Está bien- bufó, y cogió aire para empezar a contar aquel vergonzoso episodio-. Pablo, el hermano de Marta, Marta y yo estábamos en la piscina pública. Entonces, Pablo le quitó las gafas de bucear a Marta, y ella le fue detrás para quitárselas. Yo me quedé solo en la piscina, mientras Marta se peleaba con su hermano. Y estaba yo tranquilamente nadando, cuando me encontré a una compañera del colegio. Una gorda y pesada. A nadie le caía bien. Entonces ella empezó a hablar conmigo y tirarse encima de mí. Marta y Pablo lo vieron. Yo me inventé una escusa para salir de la piscina sin que la pesada esa me siguiera, y cuando me encontré a Pablo y a Marta, ellos se empezaron a reír de mí. Y luego fuimos a merendar. Yo tomé ese batido de fresa y plátano. Marta y Pablo seguían pinchándome con lo de la niña esa. Así que yo me enfadé, y me chivé a mi madre, y a ella le dio la risa.- Yo reí al recordar ese momento, y Zayn prosiguió-. Y Marta seguía metiéndose conmigo, y entonces le tiré el batido por encima. Fin.

Los restante cuatro chicos lo miraban fijamente.

-Primero- comenzó Louis-, chivato, chivato, chivato- canturreó-. Y segundo, ¿por eso le tiras un batido por encima?

-Tú no conoces a esa niña- dijo Zayn-. Menos mal que me libré de ella.

-Sí, tú sí, ¡pero yo no!- exclamé.

-Ay, sois de lo que no hay- dijo Niall riendo.

-Lo sabemos- dijimos Zayn y yo a la vez.


Eran las diez de la noche. Al día siguiente los chicos tendrían que ensayar y yo que volver a Bradford. Estábamos viendo Pokémon (no preguntéis). Yo estaba por quedarme dormida, pero no lo conseguía, ya que Louis no paraba de gritar junto al protagonista:

-¡Pikachu, te elijo a ti!

-¡Y yo me cago en ti, Louis!- exclamé yo cuando ya lo había gritado como siete veces.

-Y yo me cago en ti, Louis- dijo Louis, poniendo voz de vieja, se supone que imitándome-. Anda, calla, que Charizard va a lanzar un ataque de fuego.

-¿Chari qué?- pregunté.

-¡Charizard!- exclamó Niall-. Que poco enterada estás.

-Perdona por no conocer a todos los Pokémons como otros que yo me sé- ironicé.

Los chicos rieron, y yo intenté quedarme dormida de nuevo, y tras una larga hora, lo conseguí.


A la mañana siguiente me desperté sola en el sofá. Me incorporé y me senté en el sofá, pero cuando puse mis pies en el suelo, lo noté raro. Miré, y vi a Harry tumbado boca abajo en suelo, roncando. "¿Y éste...?", pensé.

-¡¡Harry!!- exclamé.

Harry se despertó sobresaltado.

-¡¿Qué ha pasado?! ¡¿Hay heridos?!- preguntó, poniéndose de pie rápidamente.

-Te has quedado dormido en el suelo- expliqué riendo.

-Qué raro... Yo juraría que me quedé dormido en el sofá...- dijo, rascándose la cabeza.

-Uy, sí, que raro- dije, mientras pensaba "le habré tirado con mis patadas".

-Me duele el culo- dijo, llevando una mano a su culo.

-¿Y a mí qué?- pregunté riendo.

-Sabe Dios que me has hecho- dijo, sentándose a mi lado en el sofá.

-Que yo sepa, nada- respondí.

-Oye, ahora que lo pienso- dijo-, vaya manera de despertar la tuya.

-¿Qué le pasa? Es muy eficaz- repliqué.

-Con un beso en la mejilla bastaba- dijo sonriente.

-A veeer- dije, y luego me incliné hacia él y le fui a dar un beso en la mejilla. Pero cuando estaba a escasos centímetros de él, Harry giró la cabeza, sin que me dejara tiempo a reaccionar, y nos dimos un corto beso en los labios. Cuando nos separamos, Harry sonrió y yo le di despacito en la mejilla, mientras reía-. Eres malo, ¿lo sabes?

-Lo sé- dijo, y se levantó, para ir camino de la cocina.

Yo me quedé en el salón. Miré hacia abajo, y me mordí el labio inferior, jugando con los cordones del pantalón de mi pijama.

Pasados un par de minutos, Louis apareció en el salón, con los ojos cerrados y los brazos hacia delante, como los zombis. Levanté la mirada, y lo vi delante de mí, canturreando:

-Cause we are the champions, my frieeends...

-Ay- murmuré, al verlo delante de mí, sonámbulo.

Louis siguió cantando todo el rato la misma frase, mientras hacía un tour por el salón.

-Harry- llamé.

-¿Sí?- respondió desde la cocina.

-Louis es sonámbulo- dije.

Harry asomó la cabeza por la puerta de la cocina, y vio aquel espectáculo. Louis había cambiado de canción.

-Love is in the air... Tururú...

-Ay mi madre- dijo, acercándose a Louis-. ¿Qué hacemos?

-Nada, esperar a que despierte- dije.

-¿Y mientras tanto?- preguntó.

-Love in in the air...

-Aprovecha- dije.

Harry se quedó pensando, y luego esbozó una sonrisa traviesa. Cogió su móvil y empezó a grabar. Louis cambió de nuevo de canción.

-We will, we will rock you!

Liam se levantó en aquel momento, y vio a Louis cantando, y a Harry y a mí mirando, como si viésemos una película.

-¿Habrá algún día en el que me despierte y las cosas aquí sean normales?- preguntó.

-No creo- respondió Harry riendo.

Entonces, Louis se paró en seco y se dejó caer sobre el puf en el que me había sentado yo el día anterior. Pasaron cinco segundos y Louis abrió los ojos.

-¿Dónde estoy?- preguntó frotándose la cabeza.

Se levantó, y nos vio a Liam, a Harry y a mí.

-¿Qué hacéis?- preguntó Louis.

-Venganza, dulce venganza- dijo Harry, levantando las cejas.

Louis puso cara de asustado.

-Querido Louis William Tomlinson- empezó Harry-. ¿Recuerdas el domingo, que tú te reías de mí por dormir de "una forma muy cómica"?- Louis asintió asustado-. Pues, yo ahora me río de ti por cantar sonámbulo.

-¡Es mentira! ¡Yo no canto sonámbulo!- exclamó Louis.

-Sí lo haces- dijimos Liam y yo a la vez.

-Y yo tengo la prueba- dijo Harry agitando su móvil.

-Love is in the air...- canturreó Liam imitando a Louis entre risas.

-We will, we will rock you!- continuó Harry.

-Cause we are the champions, my frieeends...- finalicé, imitando a Louis.

-O sea que por eso Lottie se metía tanto conmigo algunos días- dijo Louis, mirando hacia arriba.

-Ahá...- dijo Harry moviendo la cabeza.

-O borras ese vídeo o te doy, Harry- dijo Louis levantándose y señalando a Harry.

-Me lo voy a pensar- dijo Harry con una sonrisa pícara.

-No te lo pienses, bórralo, y delante de mí- ordenó Louis.

-No- dijo Harry sonriente.

-Sí.- Louis estaba enfadado, y Harry sonriente.

Louis saltó al sofá, y se tiró encima de Harry intentando quitarle el móvil. Harry tenía el brazo estirado para que Louis no lo diera cogido.

-¡Dámelo, Harry!- gritaba Louis.

-¡Jamás!- respondía Harry.

Liam y yo nos miramos y reímos un poco, y luego seguimos mirando a Louis y a Harry, que peleaban a muerte. Por los gritos, Niall y Zayn se despertaron, y fueron al salón a ver qué ocurría. Vieron a Harry y a Louis, y Zayn comentó:

-¿Por qué siempre es Harry?

-¡Eh! No siempre soy yo- replicó Harry.

-Sí eres, tú y alguien más- contestó Zayn.

-Bueno... Sí- reconoció Harry.

-Chicos, ¿no tenéis que ensayar?- les recordé.

-¡Es cierto! ¡Ya llegamos tarde!- exclamó Liam.

Los cinco fueron corriendo a la cocina y cada uno cogió una taza. Luego, fueron todos a coger la caja de cereales, y como la caja era una, y ellos cinco, empezaron a pelearse para ver quien era el primero en tomar los cereales. Cuando solucionaron el problema, se zamparon los cereales en tiempo récord, y luego cada uno fue corriendo a su habitación. Al minuto salieron completamente vestidos y peinados. Fueron corriendo a la puerta, y gritaron:

-¡Adiós Marta! ¡Por la tarde nos acercamos al aeropuerto!

-Adiós- me despedí divertida.

Los chicos salieron a trompicones, sin decidirse quien era el primero. "Ay Dios", pensé. Salieron y dejaron la puerta abierta.

-No tienen remedio- me dije en voz alta.

Fui a cerrar la puerta y me di cuenta de que esa no era mi habitación. "Iré a la mía", pensé. Cogí todas las cosas que me había dejado allí y fui a mi habitación. Cuando entré no había nadie. Supuse que mi madre estaba durmiendo. Me senté en el sofá y empecé a ver la tele. Entonces, mi madre apareció con una escoba en alto, gritando:

-¡¿Quién está ahí?!

-Yo- respondí tranquilamente-. ¿Qué te dio, mami?

Mi madre bajó la escoba y suspiró.

-¿Sabes el susto que me has dado?- preguntó.

-No, pero me lo imagino- respondí riendo.

-Hija, no vuelvas a hacer eso-me dijo.

-Tranquila, mami- respondí.

-Ahora deja de ver la tele y ve a hacer tus maletas- mandó.

Yo puse cara de que no me apetecía, pero mi madre "contraatacó" mirándome con una mirada severa. Yo me levanté rápidamente y corrí a mi habitación. Empecé a guardar todo en mi gran maleta roja. Me llevó más o menos media hora (ya sé, bastante). Cerré la maleta y la dejé junto a la puerta. Luego, le dije a mi madre que iría a comer fuera, porque la comida del hotel no me gustaba nada. Ella accedió, pero me dijo que tenía que estar puntual en el hotel.

Salí a la calle. Llovía un poco, y me puse la capucha de la sudadera que llevaba. Me dejé el pelo caer por ambos lados. Metí mis manos en los bolsillos y eché a andar. Había mucha gente, la mayoría sin paraguas, ya que aquello no se podía considerar lluvia en Londres. Pensé en dónde podía ir a comer, pero no se me ocurría ningún sitio interesante.

Pasé por miles de sitios, pero no vi ninguno interesante. Cuando iba delante de Harrod's, noté como una mano se apoyaba en mi hombro. Me giré, y me lo encontré delante.

-Hola- saludó sonriente.